Dr. Tomas Zapata Silva, Patólogo
Hospital EsSalud Marino Molina
Comas, Lima, Peru
"Soy Médico Patólogo Clínico en el hospital Merino Molina de Comas, Lima, Perú. Tengo recién un mes en el camino de la Terapia Homa y dos años experimentando las Medicinas Complementarias. A raíz de mis 30 años de ejercicio médico, ha sido decepcionante ver el resultado de lo que nos enseñaron en la facultad con lo que veo que hacemos. (Foto: Dr. Tomás Zapata a la izq. con Christian Álvaro Vasquez – con quien aprendió la Terapia Homa- practicando el Agnihotra en el Hospital.) |
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Me decidí estudiar Medicina por la vocación de servir a la gente, ayudar a la gente, a curar y aliviarla. Y estamos lejos realmente de hacer eso. 30 años en el mundo del laboratorio, entre tubos y muestras de sangre, entre maquinas, entre reclamos de la gente viendo que realmente no los curamos, ni los aliviamos siquiera.
Con las Medicinas Complementarias descubrí que lo que nos están enseñando en la facultad de Medicina solamente es vernos como carne, huesos, nervios, venas, arterias, metabolitos alterados (subidos unos, bajos otros), y que hay que darles medicación para subirles lo que supuestamente está bajo y bajar lo que esta supuestamente elevado. Sin entender que tenemos una dimensión energética del que no nos han hablado en la facultad. Esto está casi vetado en la facultad. Algunos todavía no comprenden que no solo somos carne y hueso. Tenemos un alma y esa alma es de una dimensión energética. Por la Gracia de Dios encontré la Terapia Homa a través de Christian Álvaro, porque ya también estaba decepcionado incluso con las Medicinas Complementarias. Estas también están contaminadas con la conducta mercantilista de la Medicina occidental. Estudiar Medicina Complementaria es costoso, y cuestan los instrumentos y cuestan los tratamientos. Hasta el público está mal acostumbrado también. Lo que es gratuito no lo valoran. Hay que cobrarles bastante, para que sientan que es efectivo.
Mucha gente dice que lee la Biblia, pero no entienden el mensaje. Jesús imponía las manos, usaba barro, usaba cosas sencillas, como en la Terapia Homa: mantequilla clarificada y galletas de estiércol, productos de la vaca, arroz integral. Todos son productos de la naturaleza. Estoy encontrando que con el Agnihotra se está cambiando el comportamiento de las personas. No hay necesidad de tomar sustancias alucinógenas, Ayahuasca o San Pedro para encontrar el diagnostico. Aquí solamente se respira unos vapores de las sustancias que están en combustión. Solamente entendiendo y leyendo años de física cuántica, de repente podremos ensayar alguna explicación. Pero se está produciendo un fenómeno que está curando las personas. Nos está llevando a encontrar el camino de la justicia, de la verdad, de la razón. Está centrando a la gente sin necesidad de darles medicamentos, psicoterapias prolongadas, o sustancias alucinógenas.
La Terapia Homa ayuda a la gente a encontrar su camino, a ser sinceros con uno mismo y ser mejores con los demás. Por fin, nos está ayudando a entender el mandamiento de Dios “Amar al prójimo como a nosotros mismos”. Mi sueño siempre ha sido ser sanador y Dios proveerá, porque no tengo la vocación de cobrar. Esta es mi esperanza. |